Un grupo de larvas Hermetia illucens crece, se alimenta y se desplaza por semanas en un compost de residuos orgánicos. Cuando salen en búsqueda de un lugar propicio
para pupar, dejan a su paso un rastro líquido y oscuro, producto de la humedad del compostaje. Los trazos, como manchas de tinta, son realizados sobre superficies de
papel que luego se exhiben en una sala de arte. Este proceso integra el proyecto de trabajo en colaboración de Virginia Buitrón con las larvas, que se desplegó como parte de un vínculo afectivo de cría y observación atenta.
El primer proyecto con las Hermetia se tituló tercerización orgánica (2016-2017), un planteo donde el trabajo del dibujo se “tercerizó” a las larvas, de manera que Buitrón
operó como una suerte de mecenas y asistente de las verdaderas artistas. En esta propuesta se invierte el adjetivo de “larva” para quien es haragán y eventualmente explotador, se apela al trabajo invisible de colaboración que hacen los animales con sus criadores (Despret, 2018), pero también la tercerización se trasladó de intereses utilitarios hacia el hacer artístico.
Sobre esta tensión entre el trabajo y la producción artística, se desarrolló Biomímesis (2017-2018), donde Buitrón se focalizó en imitar el trazo realizado por las larvas al pasar por el líquido lixiviado. El término del proyecto hace referencia a la ciencia homónima que estudia los procesos vitales como fuente de inspiración de tecnologías eficientes para humanos, de manera que la obra se desplaza hacia un pregunta por la posibilidad imitar a las larvas en su carácter de artistas. Suponemos que no hay intención artística en las larvas, al menos en los términos en que la entendemos habitualmente, pero se evidencia un vínculo humano-animal creativo. En las obras con las larvas, la artista-humana parecería habilitar cierto escenario para el despliegue creativo de sus compañeras (Haraway, 2016).
Boicot a la geometría (2017) incluyó la incorporación de matrices para que las larvas se desplacen siguiendo el trazo, pero ellas excedieron dichos límites. Las experiencias funcionaron como una especie de experimentos del fracaso, que eran, en rigor, el fracaso de lo humano por imponer modos de conducta a lo no humano: los trazos exhiben la libertad de las larvas contra esas constricciones, a la manera de artistas de
vanguardia.
En el Dispositivo de Dibujo Interespecies (2019), último proyecto de colaboración con las larvas, consistió en una estructura en madera que alberga el compost donde viven
y se alimentan, una superficie donde caminan sobre papel y van pintando la superficie con el tinte del líquido lixiviado que arrastran, y un espacio con plantas y bebedero donde habitan las moscas en estado adulto. Estas innovaciones incorporan la posibilidad de presenciar todo el ciclo vital de las Hermetia illucens. La instalación del hábitat de las larvas junto al recurso a diarios de observación recuperan recursos originarios de las ciencias naturales. ¿Qué nos permite pensar la propuesta de Buitrón en torno a los recursos científicos con los que se ha estudiado, visualizado y manipulado lo viviente?
Durante el siglo XVII, las imágenes que circularon dentro de publicaciones de naturalistas presentaban a los insectos como elementos aislados y descontextualizados de su hábitat, bajo una lógica de especimen (Neri, 2011), que
formaba parte de un impulso más amplio por visualizar la naturaleza como una colección de objetos dignos de poseerse (Findlen, 1994). Hacia el siglo XVIII las
imágenes producidas por Maria Sibylla Merian consideraron el ciclo de metamorfosis de los insectos, así como sus interacciones con las plantas de su región. En esta perspectiva ecológica de Merian, así como en el Dispositivo de Dibujo Interespecies de Buitrón, se presenta la figura de lo viviente en tanto devenir continuo donde la
identidad de cada especie se relativiza: “Cualquier vida, para desplegarse, necesita pasar por una multiplicidad irreductible de formas” (Coccia, 2021). En el Dispositivo la artista convoca a las larvas a dejar su trazo en el momento en que se desplazan del compost para pupar antes de migrar hacia un nuevo estado vital.
A diferencia de Merian, el proyecto de Buitrón introduce un planteo radical con respecto a la genealogía de la visualización científica: a esta historia de imágenes de
insectos, contrapone las imágenes con insectos. Los cuerpos de las larvas son tema y técnica pictórica al mismo tiempo. ¿Podrían pensarse también a las larvas como performers que pintan con todo su cuerpo? Con este gesto Buitrón introduce preguntas en torno al dibujo: ¿quién dibuja? ¿a quiénes se dibuja? Estos asuntos
conciernen tanto al arte como a la ciencia, donde el dibujo es observado ya no como técnica artística sino como procedimiento onto-epistemológico de las ciencias
naturales. Lo que el Dispositivo introduce es la pregunta por la agencia de los no humanos en el proceso de conocimiento. Así, la cuestión del rastro animal (Morizot,
2020) en el trabajo de Buitrón se resignifica como un gesto de reconocimiento de los poderes de otro cuerpo, un ejercicio de perspectivismo animal para intentar ponernos
en lugar de. Este interés no sólo por conservar la vida de los insectos sino también por dialogar con ellos, poner el saber en movimiento, plantea una diferencia radical con la tradición de visualización científica que opone un sujeto conocedor y un objeto de conocimiento inerte o inanimado.
En el Dispositivo de Dibujo Interespecies el compost es el lugar donde las larvas se desarrollan antes de desplazarse para pupar. Presenciar los ciclos vitales en una
compostera, o cohabitar con ésta, nos permite ejercitar una nueva perspectiva, ya que lo que nosotros vemos como desperdicios, las larvas lo viven como un banquete
(Morizot, 2020), el residuo es de esta manera entendido como material de abono para fertilizar una nueva vida y entra en sintonía con la propuesta de compostar nuestros
hábitos vitales para hacer nacer nuevas formas de relaciones interespecistas (Haraway, 2019). A partir de la cría de larvas en la compostera, el dibujo pone en
juego una reflexión sobre los actores involucrados en éste.
Luego de seis años de trabajo conjunto, la labor artística de Buitrón y las larvas entra en diapausa, un estado de inactividad, hasta el comienzo de un nuevo ciclo de
metamorfosis.
Paula Bruno Garcén, 2023
Texto para la exposición Diapausa